En la página web del equipo ciclista se puede leer: El corredor italiano Adriano Malori fue desplazado este lunes a una clínica especializada en la ciudad de Buenos Aires, con el fin de que se le realicen exámenes médicos más precisos con técnicas e instrumentos no disponibles en la clínica de San Luis en la que ingresó tras su accidente, y que son protocolo habitual en este tipo de lesiones como consecuencia de traumatismo craneoencefálico. Le acompaña en todo momento el doctor del equipo, D. Jesús Hoyos, quien coordina junto con los servicios médicos del propio hospital la atención al corredor. Informado lo anterior, Movistar Team se siente en la obligación de emitir las siguientes consideraciones que permitan clarificar algunas informaciones aparecidas en distintos medios de comunicación.Primero.- Los corredores que presenciaron el accidente de cerca han corroborado la forma en que éste se produjo: Adriano Malori pasó por encima de un bache que lo desequilibró y le hizo caer contra el asfalto. Esta fue, sin duda, la causa del accidente. Segundo.-  Momentos después del accidente y tras ingresar en el hospital acompañado de los servicios médicos del equipo, el corredor fue inducido a un estado de “coma”, entendiendo como tal el estado de sedación inducido con el fin de permitir que las lesiones del paciente sanen de forma controlada. Por tanto en ningún momento el coma ha sido una consecuencia directa del traumatismo.Tercero.- Movistar Team siempre ha informado del estado físico de sus ciclistas cuando, como en el caso de Adriano Malori, son víctimas de un accidente en competición o fuera de ella. La información se da con el mayor ánimo de transparencia y mediante actualizaciones periódicas, sin perjuicio de las limitaciones que, en ocasiones, impone el debido respeto a la intimidad del corredor afectado y de sus familiares y allegados.En ningún caso ha existido por parte de Movistar Team ánimo alguno de ocultación de la mayor o menor gravedad del estado físico del corredor, que no puede ni debe confundirse con el más escrupuloso rigor en nuestras comunicaciones que se sustenta siempre en datos médicos contrastados.