En su primer viaje oficial al extranjero como Reyes de España, don Felipe y doña Letizia han visitado al Papa Francisco en El Vaticano. A nadie se le escapa el alto contenido simbólico de este encuentro, en un ámbito en el que el lenguaje de los gestos tiene un gran peso. Pero la imagen y las connotaciones diplomáticas, por importantes que sean, no deben colocar en un segundo plano el resto del contenido de un encuentro tan relevante como éste, que se ha prolongado por espacio de unos 40 minutos.El Papa tiene muy presente a España. Sabe de nuestras raíces, de la importancia de España en el contexto de la nueva evangelización, particularmente en Europa y América Latina. Es consciente de nuestras fortalezas y debilidades, está agradecido por nuestra ingente tarea pastoral, y preocupado por el futuro de nuestros jóvenes. Al tiempo que admira nuestra historia, ve en nosotros un pueblo cargado de futuro, que puede ser decisivo a la hora de ayudar a Europa a volver a ser ella misma.Y por su parte, España, a nivel institucional, desde la Corona, ha demostrado que tiene muy presente al Papa. Estamos demasiado acostumbrados a analizar los acontecimientos desde la superficie. Los Reyes de España han estado con el Papa y eso, por sí mismo, es un hecho de largo alcance, que ha de ser analizado con perspectiva, en la medida en que un encuentro de estas características pueda redundar en beneficio de toda la sociedad.