".... Apenas llevamos doce días de pontificado y Francisco no ha pretendido (como tampoco lo pretendió Benedicto) dibujar un mapa detallado de gobierno. Ha sorprendido por una serie de gestos que reflejan más su personalidad que un programa de gobierno. Bergoglio fue siempre un hombre de marcada austeridad, un asceta en la secuela de Ignacio de Loyola. Un obispo al que le gustaba pisar la calle, que disfrutaba entre la gente-gente; con un verbo rápido y rico de sugerencias, a veces como un látigo, otras como una brisa....". Lea aquí el artículo completo.Recomendamos su lectura.