Desde el pasado mes de junio es obligatorio que todas las viviendas o locales que se vendan o alquilen cuenten con el correspondiente certificado de eficiencia energética.La obtención de este distintivo permite que el inmueble obtenga una etiqueta con su calificación energética; esta nota, válida para 10 años, puede ir desde la letra A, que es la más eficiente, hasta la G que sería la de menor eficiencia energética.El director general de Industria, Carlos López Jimeno, ha hecho un balance sobre las tramitaciones de estos certificados que se se han realizado hasta ahora. Un 77% de los emitidos corresponden a pisos con una calificación inferior a la E. Este certificado debe obtenerse acudiendo a un técnico competente, como un ingeniero o arquitecto, y suele costar entre 100 y 200 euros si se trata de una vivienda de tamaño medio.Tenerlo nos permite conocer las características energéticas del inmueble y hacernos una idea de las mejoras que podemos introducir en sus instalaciones.Para incentivar este tipo de reformas energéticas, la Comunidad cuenta desde 2006 con los Planes Renove, en los que se han invertido casi 107 millones de euros