Por eso, que un representante político deje de pagar sus impuestos “es más que un delito. Es una ofensa que merece el peor reproche. No sabemos quienes ni cuantos son, pero tenemos derecho a que se acaben los paños calientes y se investigue hasta desvelarlos a todos. Y que paguen con lo que corresponda”.
Y es que los españoles “honrados”, explica Silva, “dependiendo de nuestros ingresos y de donde vivamos llegamos a entregar el 56% de nuestros ingresos al fisco. Y da lo mismo si tenemos familiar numerosa o trabajo fijo. Luego salimos a la calle y pagamos un IVA del 21%.”.
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