La nueva ley de cajas será remitida a las Cortes para su tramitación parlamentaria, con el objetivo de que entre en vigor a final de 2013 o principios de 2014. Esta ley obligará previsiblemente a todas las entidades a convertirse en fundaciones bancarias, con la excepción de Caixa Pollensa y Ontinyent. Estas cajas, las únicas que existen en sentido estricto, tendrán la obligación de dedicarse exclusivamente al negocio minorista y de tener presencia en una única comunidad.En el mismo periodo, el resto de cajas que trasladaron su negocio a un banco, como La Caixa, Unicaja, Ibercaja y la fusión de BBK, Kutxa y Caja Vital, deberán convertirse en fundaciones bancarias. Esto se justifica porque ya no podrá existir el concepto de caja con negocio transferido a un banco para aquellas entidades con un volumen de activos superior a 10.000 millones.Las nuevas fundaciones bancarias estarán dirigidas por un patronato que tendrá un máximo de 20 miembros, que no podrán sentarse en el consejo de la entidad financiera participada. Además, cuanto mayor sea la participación de una fundación en un banco, mayores serán los requisitos a los que tendrá que hacer frente. De esa forma, las fundaciones bancarias que controlen más de un 30 % de una entidad, deberán suscribir un protocolo de gestión que será aprobado por el Banco de España con criterios sobre empresas participadas, consejeros y posibles conflictos de interés, y tendrán que presentar un plan financiero.