Javier Moro: "Bhopal es una herida en la piel de la humanidad"

3 de diciembre de 1984. Medianoche. En la fábrica de pesticidas de Union Carbide ubicada en Bhopal, capital del estado indio de Madhya Pradesh, se produce una fuga de isocianato de metilo. 500.000 afectados, 8.000 muertos en la primera semana tras el escape tóxico, con el tiempo fueron muriendo 22.000 personas más. 30 años después sigue sin hacerse justicia.Javier Moro, escritor y periodista, amante, junto a su tio, Dominique Lapierre, de India cuentan entre sus libros en común con 'Medianoche en Bhopal', "quisimos contar aquel sueño que acabó en pesadilla. Porque comenzó como un sueño que era dar a los campesinos un arma para luchar contra el enemigo ancestral de los campesinos que son los insectos y para ello una planta química se plantó en el centro de una ciudad. Bhopal era una ciudad medieval y vivia al ritmo de otra época, donde la gente conocida no eran los futbolistas, ni los jugadores de cricket sino los poetas. aún se hacen recitales en las plazas públicas. Y a las puertas de esta ciudad medieval, EE.UU. instaló una fábrica ultra sofisticada". ¿Cómo se puede trasformar un sueño en una catástrofe? se pregunta Javier Moro que tiene claro que las cosas hubieran sido distintas si en lugar de la India hubiera ocurrido en otra parte y con menos intereses de por medio, "a diferencia de lugares donde ha pasado un tsunami, un terremoto, a partir del momento en el que ocurre el accidente empieza la reconstrucción de la vida de las víctimas. En Bhopal no es así, la tragedia sigue supurando, porque nunca se ha hecho justicia".Aún hay 150.000 personas afectadas por los gases, "un gas sobre el que ni la empresa ni el Gobieno indio han hecho nada para describir el síndrome de intoxicación por el aceite tóxico y menos hacer un protocolo de curación" dice con pena Javier Moro. "Las víctimas no saben como curarse, padecen problemas respiratorios y las mujeres tienen todas secuelas ginecológicas. La segunda generación de Bhopal están naciendo con graves problemas congénitos importantes, con deformaciones. Mientras esta herida no se cauterice, Bhopal va a seguir supurando".Los pobres de Bhopal que "llevan 30 años pidiendo que se les escuche, 30 años de marchas hacia Nueva Delhi, 30 de protestas, pero ¿por qué no se les escucha? Porque son los más pobres entre los pobres,son los parias, se les considera prescindibles, porque aquella noche el viento no sopló hacia los barrios pudientes de la ciudad, el viento sopló hacia las chavolas que estaban adjuntas a la fábrica. Hoy siguen bebiendo agua contaminaday sigue sin limpiar el suelo de la fábrica".Para terminar el escritor y periodistas nos deja una reflexión que todos deberíamos pensar en algún momento, "esto ocurre en la India y con todos los países pobres. Cuando estamos comiendo frente al televisor y nos cuentan las noticias una inundación en Bangladesh, ¿cualquiera de nosotros deja el plato y se preocupa de lo que está ocurriendo? No, porque hay la creencia entre los habitantes del primer mundo que esta gente, los pobres son prescindibles y eso es terrible".Javier Moro: "Bhopal es una herida en la piel de la humanidad"

Poniendo las Calles

Con "El Pulpo"

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