Javier Fernández es de Aluche (Madrid), pero vive en Toronto, donde se dedica al patinaje de forma profesional. De no haber sido así, no se podría haber proclamado recientemente campeón de Europa. Este lunes, nos lo contó en 'El Partido de las 12'. Vino con su medalla, que describía entre risas: "Es una moneda de un euro, le han colgado un cable y al cuello."No lo ha tenido fácil. Javier nos contaba los problemas por los que pasa este deporte: "La crisis se nota mucho, y gracias a que puedo ganarme un poco la vida con exhibiciones. El patinaje es un deporte para ricos. Gastarte 3000 dólares al mes en pagar a tu entrenador es una barbaridad. Lo puedo conseguir yo trabajando y con las ayudas que me llegan."Además, recordó lo que pudo haber sido el gran susto de estos europeos: sus patines se extraviaron durante el viaje a Croacia, "cuando llegué, no tenía patines, y no me llegaban... Bueno, me llegaron justo el día antes de la competición. Si me pongo unos nuevos, es que tardas semanas en hacerlos a tu pie porque son durísimos y hubiera acabado lleno de ampollas."Y confesó dos sueños que tiene por delante, a corto plazo: ganar el próximo campeonato del mundo y conocer a José Manuel Calderón en Toronto.