Durante su catequesis, el Pontífice señaló que llamar a la Iglesia "Apostólica" es reconocer esa Fe que hemos recibido de los Apóstoles, y por la que ellos dieron la vida. Por eso, ha querido subrayar, especialmente, a las dos columnas de la Comunidad eclesial, que son los Santos Apóstoles Pedro y Pablo, quienes fueron a Roma a dar el testimonio con su propia sangre. El Papa ha dicho que estos hombres fueron llamados por Dios para ser sus testigos y que dan fe de su Muerte y su Resurrección, de entre los muertos. El Santo Padre ha mencionado el término "apostolicidad", en alusión a la custodia y transmisión que el Colegio Apostólico hace de la Fe con la ayuda y la asistencia del Espíritu Santo. La Iglesia conserva este "Precioso Tesoro", con la Sagrada Escritura, la Tradición, los Sacramentos y el Ministerio de los Pastores. Así podemos participar en su Palabra que nunca pasa. Por último, Francisco ha dicho que la Comunidad Eclesial debe sentir el mandato de Dios y ser apostólica, sintiéndose enviada y mirando al futuro. Esto es lo que le hace tomar conciencia de su tarea misionera. También recordado que una Iglesia que sólo mira al pasado traiciona el Plan de Cristo, ya que tiene que llevar el Evangelio por todo el mundo hasta el final de los tiempos.