Los cardenales reunidos en las Congregaciones Generales previas al Cónclave han enviado un telegrama de agradecimiento a Benedicto XVI por “su luminoso ministerio petrino y por su ejemplo de generosa solicitud pastoral”. Este mensaje es un reflejo de la conciencia y el amor del pueblo cristiano, que ha reconocido en Benedicto XVI a un testigo elocuente de Jesucristo, a un pastor que se ha entregado totalmente al cuidado de su pueblo y al anuncio del evangelio en un momento de difícil encrucijada cultural. Esa conciencia de enorme gratitud a Benedicto XVI se ha desgranado estos días en un rosario de celebraciones eucarísticas a lo largo y ancho de los cinco continentes. También se están celebrando otros encuentros en torno a la memoria de un pontificado que ha dejado profunda  huella en la historia. Uno de ellos, de especial singularidad, se ha celebrado en Madrid, en la Universidad Complutense, con el recuerdo del encuentro de Benedicto XVI con los universitarios en El Escorial, durante la pasada Jornada Mundial de la Juventud. En dicho acto universitario se ha subrayado que su último gesto de renuncia al pontificado ha abierto de nuevo la pregunta sobre Dios y su presencia en el mundo. Una pregunta crucial a la que da respuesta el encuentro con Jesucristo en la vida de la Iglesia. Una Iglesia que vive por y para la misión, también cuando se apresta a elegir a un nuevo Sucesor del apóstol Pedro.