“Estos correos que se han entregado se pueden trucar”, afirma. “Es un papel que no garantiza que la persona lo envió y que realmente fuera de esa manera. La única manera de garantizar que fueran reales es hacer una comprobación con el servidor”, asegura.
Para llevar a cabo esa comprobación “se necesita un peritaje judicial que haga un informático y que contraste el correo presentado con la información del servidor. Es decir comprobar que ese correo pasó por eses servidor”.
“Hasta entonces no son una prueba sino un indicio”. En cualquier caso “depende del criterio del juez”, señala. “En España hay jueces que los han dado por buenos y los han valido como prueba y otros los han rechazado”.
Diego Torres trata de implicar al Rey en el caso Nóos a través de la numerosa documentación entregada al juez, que incluye correos electrónicos, cartas y contratos entre empresas y el Instituto Nóos, entidad investigada por el presunto desvío de fondos públicos.
Entre los correos electrónicos entregados por Torres al juez figuran varios en los que se menciona a don Juan Carlos en relación con el patrocinio de una competición de vela en Valencia y también por una oferta laboral realizada a Urdangarin por la princesa Corinna Sayn-Wittgenstein, amiga del monarca.
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