El elevado valor proteico por encima del 20%, la capacidad de fijar nitrógeno en el suelo, el beneficio ambiental de mejorar la estructura del suelo y la gran riqueza de variedades y especies, forman parte del abanico de principales fortalezas de las leguminosas. Además, en las negociaciones actuales de la Reforma de la PAC está en debate el importante papel que tienen estos cultivos como especies imprescindibles en la diversificación, ya que son fijadoras de nitrógeno sirviendo para cobrar el Greening o Pago Verde, e incluso existe la posibilidad de concederles una ayuda específica. En contrapartida, existen una serie de debilidades como los problemas de mercado (importaciones), la paulatina disminución de la superficie cultivada, las enfermedades y sobre todo la falta de materias activas herbicidas específicas para las leguminosas.