Los obstáculos a la clase de Religión dentro de la reforma educativa que pronto entrará en vigor, ya movieron a los obispos reunidos en Comisión Permanente a mostrar su preocupación por lo que supone de incumplimiento de los acuerdos entre la Iglesia y el Estado. Ahora ha sido el cardenal Rouco Varela quien ha hecho una reflexión sobre la escasa estima que muestran las diversas administraciones a la hora de garantizar el derecho constitucional de los padres a que sus hijos reciban una educación religiosa y moral de acuerdo con sus convicciones. El cardenal denuncia la reducción del horario de las clases de religión a una simple unidad didáctica de 45 minutos a la semana en varias Comunidades autónomas, lo que demuestra una lamentable indiferencia sobre lo que significa la formación integral de la persona humana en su primera fase de desarrollo.Según los datos del propio Ministerio de Educación, dos de cada tres alumnos de los centros públicos se inclinan por la asignatura de religión, lo que demuestra la amplia demanda de las familias, cuyo derecho está amparado por la Constitución. El problema afecta a todas las confesiones religiosas, por lo que no se trata de reivindicar ningún tipo de privilegios por parte de la Iglesia católica, como recordaban días atrás los obispos. El cardenal Rouco expresa su convicción de que todavía hay tiempo para rectificar, pero no deja de señalar que resulta difícil entender el deficiente trato dado por este Gobierno a la formación espiritual y ética de los escolares, que tan esencial resulta para superar la crisis del sistema educativo.