Todo empezó durante un viaje a Lourdes en el que compartía vagón con enfermos de sida. Fue entonces cuando decidió emprender un locura llamada ‘Proyecto Gloria’. Desde entonces todo el dinero que ganaba como azafata lo invertía en ayudar a estos jóvenes. “Soy su madre, amiga, su compañera, lo que ellos tienen porque no han tenido nada. Todos me han venido a buscar porque quieren sobrevivir. He visto morir a alguno pero el 80% ha tenido un final feliz”.
Gloria, una madre con 180 hijos