Desde hace tiempo, la corrupción se ha situado en el centro del debate interno del PP. Ha hecho daño y lo han notado en las urnas. "No sabéis hasta donde estoy", les comentó el sábado pasado en un acto de partido a militantes del PP en Bilbao. Ayer, era el vicesecretario de comunicación, Pablo Casado quien insistía en el mensaje. "No seré yo quien ponga en marcha "el ventilador". El escenario no es fácil y en ese contexto, hay voces que piensan que el partido está desatendido. Aunque desde 2008 Rajoy depositó la confianza del día a día en la secretaria general, María Dolores de Cospedal, las responsabilidades institucionales de ambos (Gobierno y presidencia de Castilla-La Mancha) generaron vacíos de poder que deben ser subsanados según fuentes consultadas por ABC.

Con ese escenario de fondo, Génova se plantea fórmulas que reorganicen el partido. Que lo modernicen. A la elección de los candidatos de una forma más directa, no se descarta evitar que en la figura del jefe del Gobierno concurra también la responsabilidad de la presidencia del partido.

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