El diputado del partido de extrema izquierda, CUP, David Fernández amenazó ayer en el Parlamento catalán con lanzarle una sandalia a Rodrigo Rato, mientras le llamaba gánster y le preguntaba que si tenía miedo. Su comportamiento matonil fue secundado por los portavoces de ICV y ERC, que se sumaron a la retahíla de insultos durante la comparecencia del ex presidente de Bankia en la Comisión de investigación de las cajas. La imagen que ha quedado hoy en todos los medios es la de la vergüenza por unos representantes políticos que no saben comportarse, ni tan siquiera en sede parlamentaria, y que exhiben preocupantes formas de populismo totalitario. Poco les importaba en este caso la reflexión serena y el análisis de los errores cometidos en la gestión en Bankia.No puede sorprendernos que los miembros de un partido antisistema y filobatasuno como la CUP actúen así. Sí sorprende más, en cambio, que tengan quienes les hagan de corifeos y que esos partidos sigan subiendo en intención de voto en las encuestas. La historia parlamentaria de nuestro siglo XX nos lo enseña con claridad: cuanto menos se alimente a la bestia mejor. Antes de que sea demasiado tarde.