Durante su alocución, el Papa ha contemplado el Pasaje de San Mateo que se proclama en las Misas de este día, en el que Cristo da gracias al Padre del Cielo por revelar esto a los sencillos y escondérselo a los sabios y entendidos. Cristo como encuentra que quienes se acercan a escucharle son pobres y necesitados le sinvita a venir a Él y aprender de su humildad y sencillez de corazón para cargar con su yugo que es llevadero y su carga ligera. Francisco ha tenido palabras de recuerdo para tantos países pobres sumidos en la miseria, pero no por eso, ha dejado de hablar de los países ricos en el Primer Mundo que tiene contraste de riqueza con la pobreza de tantos msierables que se hallan en las periferias de las ciudades opulentas. A estos es a los que llama Cristo a aprender de su dulzura y humildad, y a seguirle. El Pontífice también ah destacado que seguir a Cristo es aprender de su mansedumbre, lo cual supone reconocer que debemos servir a los demás, evitando toda situación de crítica, que tanto daño hace a los otros, a nuestro prójimo. El Papa, tras rezar el Ángelus, ha saludado brevemente y de nuevo ha invitado a los demás a pedir por él, de la misma forma que él encomienda a los demás.