Durante la Homilía, Francisco presenta a María como la criatura que es elegida por el Creador para ser su Madre. Apoyándose en la Primera Lectura, en el Pasaje que relata la curación de Naamán, que se asombra ante el poder de Dios, el Santo Padre recuerda que también María acepta erl encargo de Dios, admirada de su misericordia y su poder. Y es que Dios iempre nos sorprende con su poder y su sencillez. También ha señalado que María cuando dice que "sí" a Dios, persevera hasta el final, aunque ello le lleve a estar al pie de la Cruz. Esto nos debe ayudar a reflexionar si somos cristianos de verdad siempre o a ratos. Francisco ha exhortado a huir de lo provisional, porque el creyente cuando responde afirmativamente a Dios, debe hacerlo de forma definitiva y hasta el final con todas sus consecuencias. Por último, el Pontífice ha destacado la importancia de agradecer a Dios cuanto nos da, y ha animado a reflexionar si en la vida somos personas de gratitud en la primera comunidad de referencia de cada uno, que es la familia. Al terminar la Misa el Papa ha hecho el acto de consagración a Nuestra Señora. También ha rezado el Ángelus, con un pequeño saludo a la Iglesia española que hoy vive el gozo de la beatificación de 522 mártires en Tarragona.