Mérida (Venezuela), sábado 9 de febrero de 2013. 3ª de Feria. Lleno. Toros colombianos de Ernesto Gutiérrez bien presentados y bravos en general que dieron buen juego en todos los tercios. El público pidió indulto para el primero, cuarto y sexto, que el palco no concedió. Otto Rodríguez, palmas y palmas. El Fandi, dos orejas y oreja. Daniel Luque, oreja y ovación tras petición. Otto Rodríguez saludó con templadas verónicas al que abrió plaza, un castaño al que cambió con una buena vara del nacional Luis Quintana y dos pares de banderillas. Comenzó el trasteo con ayudados por alto y dos series con la derecha y una al natural; luego abrevió igualándolo para liquidarlo de pinchazo y estocada. Al cuarto, lo llevó por verónicas hasta el tercio y lo presentó al caballo donde recibió una vara para cambiarlo con dos pares de garapullos. Trasteó en los medios, por los dos pitones y lo finiquitó de pinchazo y estocada. Con un farol de rodillas, en tablas, recibió El Fandi a su primero, al que le arrancó vistosos lances; lo llevó al caballo y al sacarlo se lució en ceñidas chicuelinas. Agarró los palos para dejar tres pares arriba que caldearon la fría tarde. Con muletazos sentado en el estribo inició el último tercio, en el que sacó al toro al centro de la arena para ligar templadas series con la diestra y naturales al compás de la música, bajo la lluvia y en una densa neblina, sin que se moviera nadie de la plaza. Barriendo la arena, ejecutó más tandas con la zurda, derechazos y redondos con temerarios desplantes de rodillas. Montó la espada y todo el mundo pidió el indulto, que la presidencia negó. Se adornó con apretadas manolas y se perfiló en corto para recetarle estocada en la cruz que lo hizo rodar sin puntilla y pasear las dos peludas. Al quinto lo llevó por verónicas con arrojo; recibió buena vara de Juan de Dios Quinta y le adornó los lomos con cuatro pares de rehiletes. Reposada faena en los medios llevándolo largo y templado en vuelos de la muleta que espantaron la niebla. Los repletos tendidos volvieron a pedir el perdón del bovino que de nuevo fue denegado y el maestro lo mató por arriba para pasear otra oreja. Luque, que debutó en esta plaza, se gustó toreando a la verónica y en ceñido quite por chicuelina al sacarlo del caballo. Con la pañosa realizó faena de asiento por ambos pitones antes de matarlo de certera estocada y paseó la merecida oreja. En el que cerró plaza arreció la lluvia. Antonio Punta dejó un buen par y el joven espada realizó armoniosa y pinturera faena por los dos pitones con la plaza entregada pidiendo el indulto que la autoridad tampoco concedió. Luego tardó en matar pero dejó buen sabor.