Saboya estaba considerado como uno de los referentes del campo bravo alcarreño, dueño de una ganadería en la que criaba astados de dos procedencias, Vega-Villar y Juan Pedro Domecq. Este hierro fue adquirido en 1999 y lo radicó en la finca "Pajera", en el municipio de Ciruelas.Pero Saboya fue más que un ganadero, pues su vida ha estado ligada al mundo empresarial desde que se que hizo cargo, junto a su hermano, de la sociedad familiar que heredó al morir su padre, hasta convertirse en propietario de varias empresas ligadas al ámbito de la comunicación, la industria química y energética, y el transporte, todas ellas con sede en Guadalajara.También fue empresario de plazas de toros, muchas de ellas de la provincia de Guadalajara como Yunquera de Henares, Sacedón o Sigüenza, y, actualmente, lo era también de la del municipio madrileño de Alcalá de Henares.Los restos mortales de Jesús María Saboya descansan en su localidad natal, Alhóndiga, donde ha sido enterrado este domingo.