El més de septiembre, y con las vacaciones todavía en la cabeza, muchas personas van a tener que afrontar problemas económicos, laborales y personales. La desesperación es algo normal, tenemos que adaptarnos a la nueva situación y no asustarse por ello. Hay que tener en cuenta que la desesperación es el primer momento para afrontar esa adversidad. Cuando se presenta algún problema, si permanece en el tiempo, constituye una patología, pero inicialmente no es negativo. La clave es aceptar la situación y no tener miedo