Varela recuerda en La Linterna que la aplicación de la Constitución de 1812 “duró poco” y lo hizo “de manera interrumpida”. Tal como recuerda el autor, fue un referente dentro del progresismo, también para el sector liberal democrático y finalmente para la república. Pero el modelo establecido por la Carta Magna fue abandonado, y esta historia es la que detalla el libro.
Por un lado, el rey Fernando VII desempeñó un papel fundamental en este sentido: “Por su odio a los que hicieron la Constitución y a la propia Constitución, perjudicó sobremanera que esta tuviese una mayor vigencia”.
“La propia Constitución tampoco contribuyó”. En definitiva, hubo un “choque de dos trenes” que sepultaron su espíritu: “Un liberalismo muy radical en ausencia del rey y un rey de ideología absolutista que ve un enemigo que le ha restringido los poderes”. ESCUCHA AQUÍ LA ENTREVISTA.