El calor popular con el que la ciudad de Sevilla ha expresado el afecto a la Familia de la Duquesa de Alba es una muestra de cómo Cayatena Fitz-James Stuart supo hacerse popular y ganarse el fervor y el afecto de los españoles. La vida de Cayetana de Alba refleja en cierto modo la historia de España en las últimas décadas. Ligada a la monarquía en razón de la historia y del cariño, con una formación exquisita que se expresaba en el manejo de los idiomas más importantes de Europa, supo durante la Transición aglutinar en torno a su casa a una nueva generación de políticos y de líderes sociales en una España cambiante, que se consolidaba sobre las bases de un consenso en el que la reconciliación entre los españoles jugaba un papel fundamental. En continuidad con los que la precedieron en la casa de Alba, se ha caracterizado por tener un agudo sentido de la responsabilidad patrimonial y del mecenazgo cultural. Mujer de una intensa vida de caridad hacia los pobres, ha sido, con su carácter extrovertido y esa libertad personal que la definía, una privilegiada embajadora de España; una alta representante de los valores que representa el pueblo español, entre los que la devoción religiosa es un referente indiscutible, tal  como se ha expresado en el funeral presidido en la Catedral de Sevilla por el cardenal Carlos Amigo Vallejo. Descanse en la paz de Dios la Duquesa de España.