Benedicto XVI ha recorrido los escristos de algunos de los Padres de la Iglesia, como ha sido el caso de San ignacio de Antioquía y San Ireneo, para referirse al término "carne". También ha reflexionado, en torno al Prólogo del Evangelio según San Juan, en el que habla de la Palabra que se hizo carne y acampó entre nosotros. En un segundo momento de su alocución ha recordado lo que significa el sentimiento de Dios en este Tiempo, en el que meditamos que la Providencia no nos ha dado cualquier cosa, sino que nos ha dado a su Hijo, en el que encontramos un verdadero Modelo de darnos y de tratar con el Señor y con los demás. El Pontífice, también ha añadido una tercera reflexión en la que denomina el Misterio del Verbo Encarnado, como el ejemplo del inaudito amor divino, porque Dios no se ha conformado con hablar, sino también lo ha manifestado asumiendo el peso de la vida humana. Por último ha exhortadoa todos los presentes a vivir este Misterio, profundizando en la Luz que es Cristo, el cual se ha dado totalmente por nosotros y por nuestra Salvación