Mientras los cardenales de todo el mundo se preparan para elegir Papa, en España se celebra hoy el Día de Hispanoamérica, signo de la universalidad de la Iglesia. Si más de la mitad de los católicos viven en América se debe a los misioneros españoles, que llevaron la fe al nuevo continente y promovieron el reconocimiento de la dignidad humana. Así lo destaca en su Mensaje para este día el cardenal Marc Ouellet, Presidente de la Pontificia Comisión para América Latina. Aún hoy es muy significativa la presencia de misioneros españoles en Iberoamérica, a la vez que aumenta en España el número de sacerdotes y religiosos procedentes de esas nuevas Iglesias. Se trata de una privilegiada forma colaboración eclesial, en un tiempo en que la Iglesia, más que nunca, afronta retos de ámbito global. La secularización o los ataques contra la familia no son ya fenómenos exclusivos del mundo rico. Pero además el ahora Papa emérito mostró el estrecho vínculo entre la nueva evangelización y la clásica misión ad gentes. Para que surjan vocaciones misioneras hacen falta comunidades vivas y es un hecho que hoy Europa se enriquece hoy con la frescura de la fe de los cristianos procedentes de territorio de misión.