Las aguas del Partido Popular bajan revueltas a propósito de algunas materias de la ponencia social para su próximo Congreso. Son temas que afectan a la comprensión antropológica y ética que sustenta las propuestas de un partido que se declara, en sus textos fundacionales, inspirado por el humanismo cristiano. Como ha señalado en Herrera en COPE la compromisaria y ex diputada Lourdes Méndez Monasterio, hay decisiones sobre los vientres de alquiler o la ideología de género que no se deben tomar sin consultar a la militancia, y sin que los votantes tengan una idea clara de la posición del PP en estas materias, para saber a qué atenerse. En el debate sobre la posibilidad de que una mujer alquile su vientre para gestar un hijo para otros, lo esencial es tener en cuenta la dignidad de la mujer y del hijo que va a nacer. Como ha subrayado Lourdes Méndez, esta práctica supone una mercantilización de los hijos, dado que les convierte en objeto de compra y venta. Es, además, un acto de explotación de la mujer, porque se realiza a través de coacciones sociales o de carácter económico. El feminismo más coherente ha mostrado ya su repulsa a esta práctica degradante. Se trata de una cuestión que no debe imponerse dentro del PP por minorías interesadas, sino que debe ser objeto de un debate trasparente y sincero.