El sevillano Daniel Luque, gran triunfador de la tarde de este jueves al abrir la primera Puerta Grande de Las Ventas en su carrera como matador de toros, se mostraba muy emocionado al, reconocer a Efe, con lágrimas en los ojos, que "esto es lo más grande del mundo""Solo puedo dar las gracias a Madrid por cómo ha estado conmigo. Esta plaza cuando se entrega es increíble, lo es todo. El momento que he saludado esta última ovación ha sido la despedida más bonita y que más a gusto he pegado en una plaza", señaló el joven torero de Gerena."Gracias a Dios también por permitirme disfrutar de este momento, pues al final la preparación y la lucha diaria tienen su recompensa. Ahora comprobaré si es verdad que esta Puerta Grande es una tremenda paliza; pero aunque sea así, bendita paliza", añadió por último Luque justo en el momento en el que era izado a hombros para dar la última vuelta al ruedo antes de traspasar la Puerta Grande.Padilla abandonaba la plaza "decepcionado" tras su paso por San Isidro, pues "pensaba que en estas dos tardes en Madrid iba a continuar la racha de Valencia, Castellón y Jerez, pero ha sido imposible ni tan siquiera repetir lo que llevo haciendo toda la temporada en otras plazas"."Mi primer toro ha sido muy a contra estilo, y muy soso además, y el otro se me quedaba siempre muy corto. Lo único bueno que me llevo el respeto y el cariño de la gente", manifestó Padilla."El Cid", en cambio, hacía un balance "más o menos positivo" de su triple actuación en la primera feria del mundo, ya que "a pesar de no cortar orejas creo que ha habido momentos en los que me han visto torear bien"."A mi primer toro de hoy, por ejemplo, creo que lo he exprimido al máximo en varios momentos en los que me he sentido muy a gusto; la pena ha sido la espada, que se me ha resbalado entrando a matar y ha afeado mucho el asunto; y el otro se ha venido abajo muy pronto y he tenido que recortar terrenos, y eso en Madrid no gusta", concluyó.