Quién no recuerda aquella frase: “Desayuna como un rey, almuerza como un príncipe y cena como un mendigo”. Pues tenían mucha razón, porque para prevenir la obesidad y estar sanos, importa mucho el momento del día en que comemos.Marta Garaulet, catedrática de Fisiología y Bases Fisiológicas de la Nutrición en la Universidad de Murcia y miembro del Grupo de Investigación en Nutrición de dicha universidad ha realizado un estudio en el que analiza la validez científica de costumbres como que las cenas deben ser ligeras y los desayunos contundentes. Y ha demostrado estas cuestiones mediante la cronobiología y dos ramas íntimamente ligadas a ella: la cronodieta y la crononutrición.