Éste es uno de los puntos esenciales del Plan de Pastoral 2016-2020 de la Conferencia Episcopal que se aprobó en la Plenaria de noviembre pasado, y está en coherencia con los objetivos del Plan Diocesano. Los presbíteros han trabajado esta cuestión por arciprestazgos y ahora este órgano consultor del Obispo lo analiza para llegar a acciones concretas. Junto a un análisis que no obvia dificultades como la poca valoración social de la religión, la exaltación del bienestar material, el predominio de la cultura secularista o la propia responsabilidad de los cristianos, se antepone una “mirada compasiva a nuestro mundo” reafirmando que hay razones para la esperanza y la fidelidad a la misión recibida del Señor. El Consejo Presbiteral también ha analizado la práctica del sacramento de la Reconciliación, como uno de las experiencias fundamentales del Jubileo de la Misericordia, y los borradores de los estatutos marcos de los Consejos Parroquiales de Pastoral y de Asuntos Económicos.