Hay datos científicos que demuestran que nuestra relación con el deporte de competición tiene 44 mil años de antigüedad. “Algunos antropólogos estudian el fútbol como una extensión de la territorialidad que teníamos cuando éramos ‘homo antecessor’, explica el experto en ciencia, Jorge Alcalde. “El puesto de centrocampista quizás tenga que ver con que estos jugadores con mayor visión espacial tengan mas genes heredados de aquellos cazadores-recolectores de hace 40 mil años que necesitaban controlar muy bien la extensión del terrero”, advierte el director de Quo.
La que esta claro, señala Alcalde, es que la pasión que genera un partido como el de este sábado “está en los genes”. “Es una pasión que tiene mucho que ver con comportamientos muy primitivos”.
¿Es esférico el balón? “Matemáticamente no. Para ser exactos habría que llamarlo icosaedro truncado”.
¿Son perjudiciales los remates de cabeza? “Puede producir daños neuronales. Un estudio en EEUU con jugadores de fútbol amateur aseguraba que aquellos que remataban de esta manera más de 1000 veces al año- una cifra que es normal- tenían diferencias en el comportamiento de la materia blanca de su cerebro", explica Alcalde.
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