En el turno vespertino, el jurista José Antonio Soriano, encargado de la redacción del actual reglamento taurino andaluz, hizo hincapié en que "constitucionalmente" la ILP taurina es "posible", aunque "son las Comunidades Autónomas las que tienen hoy en día el 99 % de las competencias en materia taurina".Por este motivo, Soriano, que realizó una intervención muy neutral, consideró que "jurídicamente no se puede imponer los toros como norma a toda España, ya que existen también varios reglamentos autonómicos que la diferencian según qué regiones, como tampoco se debería prohibir"."Hay que dejar libertad a la gente de ir o no ir a los toros, y sólo la oferta y la demanda debería decidir su futuro", enfatizó. Con todo esto, el texto es "sensiblemente mejorable, pues arrastra algunos errores que hay que pulir para que pueda salir hacia adelante, como deseo", finalizó José Antonio Soriano.Luis María Gibert, presidente de la Federación de Entidades Taurinas de Cataluña, promotora de la ILP taurina, llevó a cabo un discurso pasional sobre la "dolorosa privación de la libertad de elección del pueblo catalán, 'maltratado' y vilipendiado por una normativa autonómica que nos ha hecho perder una identidad muy arraigada a nuestra cultura como es la tauromaquia".Gibert enumeró un gran número de genios culturales ligados al toreo como muestra de "la estrecha relación del toreo con el resto de disciplinas artísticas y culturales", además de elogiar el modelo francés como "la base en la que debemos fijarnos", finalizó.Vicenta Vaquer, psicóloga docente y representante del grupo animalista PRODA, desarrolló su comparecencia "pasional a la vez que alarmista" al interrelacionar "la afición a las corridas de toros con el desarrollo de patologías violentas en la vida cotidiana, como el 'bulling' y otras prácticas de vejaciones"."El sadismo como espectáculo es una de las semillas de violencia. Los niños expuestos a conductas de crueldad animal sufren debilitamiento del sentido moral al concebir que el sufrimiento está permitido, y eso puede conllevar a la violencia contra personas, y a una insensibilización emocional", señaló brevemente.La última comparecencia corrió a cargo de Carlos Núñez, ganadero y presidente de la Mesa del Toro y de la Unión de Criadores de Toros de Lidia, que llevó a cabo su defensa de la tauromaquia desde un punto de vista económico."Pedimos al poder político tolerancia, respeto, libertad de elegir y de empresa, pues la Tauromaquia es también economía, el acontecimiento cultural que más ingresos genera al Estado, con una partida presupuestaria de cero euros, además del empleo inducido que también crea", argumentó.Por último, Carlos Núñez ensalzó el valor social del toreo con "la reciente creación de numerosas asociaciones de jóvenes aficionados" y ecológico: "el toro, obra de 'ingeniería' del ser humano, es el guardián de la dehesa ibérica", finalizó.