Estancias en hoteles, relojes y prostitutas, así agasajaban algunos empresarios a Francisco Granados a cambio de adjudicaciones. Todo al más alto nivel. Regalos de lujo y agasajos del empresario sevillano Antonio Pardal, a Francisco Granados a cambio de contratos públicos en la localidad madrileña de Valdemoro. Estancias en hoteles de lujo, corridas de toros, cabezas de toros, joyas, relojes, prostitutas de confianza y servicios en clubes de alterne, como el situado al lado del campo del Betis. Estos regalos también iban para el sucesor de Granados en el ayuntamiento, José Miguel Moreno. Lo desveló un ex guardia civil, que trabajó para el empresario,y que muchas veces él mismo llevaba algunos regalos a casa del político. Antonio Pardal decía que Granados “era el único que les daba de comer”. Y los favores no se limitaban a los contratos públicos de forma irregular. Granados colocó a una hija de Pardal en el ayuntamiento y a un sobrino en la Comunidad de Madrid.