"El daño que se ha producido a la sociedad grancanaria ha sido tremendo desde el punto de vista económico, de imagen", afirmó aunque aseguró que no se han planteado exigir responsabilidades porque para "eso existe el Ministerio Público".    Bravo de Laguna reconoció, en rueda de prensa, que lo que les preocupa y le produce consternación son las consecuencias de lo ocurrido, ya que "han sido extraordinariamente negativas para la isla".    "Estábamos alcanzando con la punta de los dedos el cielo de la Primera División y, de repente, se vino todo abajo en cuestión de instantes, y esto es lo lamentable. Ciertamente confluyeron una serie de circunstancias allí de mala suerte, improvisación, falta de aviso a la gente para que no se lanzaran a invadir el terreno con las consecuencias deportivas y de otra índole que podía tener", apostilló.    En este sentido, citó a Pérez Galdós apuntando que ahora lo que hay que aplicar es lo que decía el escritor: "el último momento de un descalabro, sea el primero de una nueva tentativa", abogando así a continuar luchando para conseguir el ascenso del equipo grancanario en el futuro.    De todos modos, señaló que en esta situación también confluyen otras cuestiones, "no siempre fáciles de solucionar" desde el punto de vista de la educación, la formación de la gente, y que matizó "no depende solo de los poderes públicos", sino de los problemas sociales, familiares, estructurales que "no son fáciles de solucionar".