"He tirado de corazón para todo lo que he hecho en mi vida. Me fui de aquí con 19 años montado en mi corazón, trabajé apoyándome en ese corazón, me fui a EEUU tirando de ese corazón, y en enero ese corazón me dijo hasta aquí hemos llegado y me dio un infarto".

 Ahora él y su corazón se están "haciendo amigos", según Banderas, que cree que el corazón "no es una bomba que echa oxígeno al cuerpo", sino "un almacén de emociones", y en su caso, "en las paredes coronarias, entre la sístole y la diástole, está Málaga", como su "Itaca particular" o su "Dulcinea".

 Una Málaga, ha señalado, "que empieza a dejar de oler a aftersun y empieza a oler a cultura", porque está "al principio del camino para ser una ciudad muy importante en todo el mundo a nivel cultural".

 "Esto que digo no es más insensato que cuando dije que me iba a ir a Hollywood, porque las cosas pasan", ha advertido Banderas, que ha recogido la Biznaga de Oro de su mejor amigo, su hermano Francisco Javier.

 Los otros protagonistas de la gala de clausura conducida por la cantante Diana Navarro en el Teatro Cervantes eran las películas triunfadoras de este Festival de Málaga, como "Verano 1993", ganadora de la Biznaga de Oro al mejor largometraje español.

 Su directora, Carla Simón, que ha narrado en la pantalla su propia infancia tras quedarse huérfana, dedicó la película a su madre fallecida cuando ella tenía 6 años, pero ahora ha querido dedicar el premio a la familia adoptiva que la acogió.

 La otra Biznaga de Oro, a la mejor película iberoamericana, ha sido para el filme hispano-cubano "Últimos días en La Habana", representado en la gala por su actor protagonista, Jorge Martínez, quien después de estos días en Málaga aseguraba que se llevaba la ciudad "en el corazón" y dejaba aquí "un trozo de Cuba".

 La película con más galardones del palmarés ha sido "No sé decir adiós", de Lino Escalera, con el premio especial del jurado; a la mejor actriz (Nathalie Poza); al mejor actor de reparto (Juan Diego), y al mejor guión (Pablo Remón y Lino Escalera).

 Lino Escalera se ha felicitado por la acogida a esta película "que tanto ha costado sacar adelante", mientras que una emocionada Nathalie Poza aseguraba que "los trabajos que te arrancan el alma son los que más te dan", y Juan Diego, en un vídeo grabado en Madrid, donde hoy tenía función de teatro, admitía que su premio habría que "trocearlo" entre todos los compañeros del equipo.

 También emotiva ha sido la entrega del premio al mejor actor para el argentino Leonardo Sbaraglia, que lo ha recibido de manos de su madre, Roxana Randón, y que, después de haber sido reconocido por un trabajo en el que interpreta "a un hijo de la dictadura" de su país, lo ha querido dedicar "a los 30.000 desaparecidos en Argentina".

 La gala de clausura ha finalizado con la tradicional foto de familia de todos los premiados, y el 13 de abril de 2018 volverá a desplegarse la alfombra roja en Málaga para que esta ciudad se convierta una vez más en la capital de todo el cine en español, de una y otra orilla del Atlántico, cuando comience la vigésimo primera edición de su Festival.