Los catorce eurodiputados del PSOE han votado esta mañana en contra de la elección de Juncker como presidente de la Comisión europea. Es decir han votado lo mismo que los euroescépticos del UKIP británico o los parlamentarios del Frente Nacional francés. Pedro Sánchez, el nuevo secretario general del PSOE, se había inclinado por esta toma de postura, lo que supone su primer error al frente del partido. Como de hecho alguno de los eurodiputados con larga experiencia ha sugerido.Pedro Sánchez ha declarado que quiere construir un PSOE como el de Felipe González. Una  izquierda como la italiana, la de Renzi, una izquierda reformista. Este no es el camino. Si González estuviese al mando no es difícil adivinar cuál habría sido el sentido del voto.El ex presidente, de hecho, se ha mostrado partidario de un acuerdo entre populares y socialistas. Y eso es precisamente lo que hoy ha sucedido en el Parlamento Europeo. Juncker se hace con la presidencia de la Comisión, después de que las tres grandes tradiciones que han construido Europa,  liberales, democristianos y socialdemócratas, se hayan conjurado para frenar un populismo que es destructivo. Mal empezamos con esta anomalía del socialismo español.