La iniciativa de principio a fin ha correspondido por completo al cuadro de Mariano Ortega, que conseguía ventajas cómodas desde los primeros minutos, Demetrio Lozano se erigía en el baluarte más importante de su equipo. Pese a una tímida reacción de los pontanenses en los primeros minutos, el conjunto aragonés volvía a mandar en todas las facetas del juego para afianzarse en el marcador para llegar al descanso con ventaja de cuatro goles (15-11). Cuando todos esperábamos la reacción en el segundo tiempo, esta no llegó e incluso las diferencias en electrónico fueron aumentando a medida que pasaban los minutos, que llegaría a ser de ocho goles cuando restaban cinco minutos para el final. Precisamente el tiempo restante para concluir el partido sirvió para maquillar el resultado final. En definitiva, pobre imagen la ofrecida por el conjunto pontano ante un rival que demostró tener mucha más ambición que el Ángel Ximénez.