A pesar de estas buenas sensaciones, el joven espada limeño, que volvía a Madrid después de la Puerta Grande lograda en la tarde de su debut, el pasado 19 de abril, se marchaba "mal", porque "aquí se viene a cortar las orejas y mi primer novillo no ha servido y en este último lo he echado todo a perder con la espada"."Lo he intentado por todas partes, pues quería que la gente viera, al menos, la dimensión de lo que puedo llegar a ser porque, a pesar del triunfo del otro día, hay que seguir apretando, ya que la cosa está difícil y no se puede bajar la guardia ni un solo día", ha declarado.El francés Clemente abandonaba también la plaza con un sabor de boca "amargo", pues "aunque he querido hacer las cosas bien, y he estado presente en los quites, mi lote no me ha dado opciones""No ha sido la tarde que esperaba. Después del buen ambiente que dejé en la tarde de mi debut, hoy no he podido refrendar prácticamente nada delante de dos novillos muy bajos de raza que se han acabado muy pronto; y así es imposible hacer nada que llegue a interesar", ha dicho.