Mientras la atención sigue centrada en la vía soberanista Catalana, en el País Vasco se está produciendo un cambio de escenario agudizado por el protagonismo de Bildu, que le ha robado la iniciativa de las propuestas al PNV. Si bien es cierto que la negativa del Congreso de los Diputados al Plan Ibarretxe está en el trasfondo de esta historia, no olvidemos la facilidad que tiene la política de pasar página y de aprender imitando lo que hacen los demás. Ayer se aprobó en el Parlamento vasco, con los votos de Bildu y del PNV, una proposición en favor del derecho a la autodeterminación que, según señala, reside en la potestad de sus ciudadanos para decidir libre y democráticamente su estatus político. Se trata de algo más que una mera declaración de intenciones, máxime si a esta iniciativa parlamentaria se suma la convocatoria de una cadena humana a favor de la independencia en los próximos días, siguiendo el guión escrito por los soberanistas catalanes. La coincidencia de dos procesos históricos secesionistas, catalán y vasco, que convergen en el tiempo, exige algo más que manifestar preocupación, tal como han hecho los socialistas vascos, o recordar las generales de la ley. Urge la iniciativa política de los grandes partidos nacionales para sostener un discurso público sobre el valor de la unidad. Y también la implicación de una sociedad civil que explique cada día el bien y el éxito de esta aventura compartida que se llama España.Ahora Euskadi