La alcaldesa de Madrid, Ana Botella, ha anunciado su renuncia a presentar su candidatura en las próximas elecciones municipales. El anuncio abre la cuestión de quién será el próximo candidato o candidata del PP en una plaza de suma importancia, pero el problema de fondo es el cambio del panorama político que se perfila a partir de las recientes elecciones europeas, con la irrupción de un partido antisistema que está desbordando a la formaciones de izquierda. La posibilidad de que el Partido Popular pierda la alcaldía de Madrid así como la presidencia de la Comunidad, está impulsando a la izquierda, especialmente al PSOE, hacia un mayor radicalismo con la pretensión de atraerse a esa parte de la sociedad descontenta que empieza a disgregarse ideológicamente. El PP debe responder al desafío de coagular al electorado de centro-derecha, mayoritario en la capital, recuperando a los descontentos y presentando un proyecto de futuro con una clara identidad. Por su parte el PSOE debe decidir si quiere presentar una alternativa ilusionante y viable, o tan solo jugar a  desalojar al PP a cualquier precio, incluso al de vincularse con las fuerzas anticonstitucionales. De momento los socialistas se han opuesto a dialogar siquiera sobre la propuesta del Gobierno de una reforma de la ley electoral que permita la elección directa de alcaldes y presidentes de comunidades autonómicas, una reforma que antes les parecía urgente y necesaria. En todo caso, la renuncia de Ana Botella abre el melón electoral de Madrid donde se dará la batalla decisiva para las elecciones generales del año próximo.