Cada día conocemos historias de superación, historias que nos conmueve y que hace que cada uno de los protagonistas nos motive y nos ayuden a vivir y ver la vida de otra manera. Es el caso de Aitor Frencesena, un apasionado del surf, que con 14 años perdió la visión del ojo y tan sólo hace un año también perdió la visión del otro al golpearse con la tabla de surf. Sin embargo, el quedarse ciego no le hizo abandonar su pasión: el surf, que sigue praticando cada día. Aitor nos cuenta cómo fue su reencuentro con el mar 'a los dos meses de salir del hospital un día sentí que era el momento de probar. Al principio pensé que me iba a marear, pero en cuanto entré en el agua y ver que era posible he continuado hasta hoy'.Nos relata cómo hace para surfear cada mañana 'es complejo y difícil, pero no imposible ya que lo he practicado toda mi vida. Tengo la referencia de un amigo que me pone sobreaviso antes de entrar al agua y entonces me hago mi propio mapa en la cabeza de la situación. A partir de ahí empiezo a remar y me pongo en situación, cuando vienen las olas me ponen en dirección hacia la orilla y me dicen los metros que faltan para que llegue y la verticalidad que tiene. Una vez que está cerca, la siento y la tomo para surfearla'. Como bien dice Aitor 'el surf es más que un deporte, es un estilo de vida, el día que me falta el baño, ese día ya estoy picado. Y cada día que entro en el agua es maravilloso'. Ha publicado el libro 'Las olas contadas. Aprende a surfear' parea enseñar a todas aquellas personas que quieran hacer surf; y además nos ha adelantado que habrá un segundo libro.