Se lesionó el primer Miura en el saludo capotero de Rafaelillo y pese a que llegó a entrar dos veces al caballo, su forma desacompasada de moverse hizo que asomase  el pañuelo verde. Corrió turno el murciano y se las vio con un animal que tras una colada al inicio de faena por el pitón derecho, contó sin embargo con un profundo y humillado pitón izquierdo. Por ahí basó Rafael toda su faena. Le cogió rápido la distancia al ejemplar de la A con asas para ir desgranando series de gran temple y expresión. Otros compases no salieron tan compactos aunque siempre intentó el torero llevarlo todo lo largo que daba de sí el brazo. Rafaelillo se explayó en el toreo al natural hasta el final, en una gran serie, de uno en uno, mientras 'Tabernero' seguía embistiendo con buen son. Con la oreja amarrada, se repitió la historia de siempre con Rafael en Madrid y los reiterados fallos se llevaron el premio. Se lucieron los que aconsejaron correr el turno vistas después las hechuras del sobrero de Valdefresno que salió en cuarto lugar. Toro viejo con cínco años pasados a sus lomos, sin cuello, acochinado... Pónganle cualquier cualidad alejada de lo que debe ser un toro de lidia y acertarán. Y como tal se comportó el basto ejemplar de los hermanos Fraile Mazas. Bruto, sin clase, sin humillar... Sin tantas cosas... Rafaelillo lo intentó, pero era tal la sosería y la falta de raza del toro, que desistió pronto. Playerón y alto de agujas salió el primero del lote de Javier Castaño, al que Madrid hizo saludar una sentida ovación tras el paseíllo. Una historia de superación con final feliz. Barbeó tablas el toro y con sus ganas se quedó de visitar el callejón. Sin maldad pero sin romper a embestir, el de Miura fue y vino sin ninguna entrega, echando el freno cuando Castaño intentaba alargarle el viaje. Con la espada le cazó como pudo antes de rematar con el descabello no sin marrar en varias ocasiones también.El quinto engañó en los primeros tercios, moviéndose con prontitud a todo lo que se movía. Al caballo, a los capotes, a un magnífico Fernando Sánchez que puso la plaza en pie en su segundo par de banderillas... Otra historia fue cuando Castaño le ofreció el trapo rojo. Ahí, cuando el toro tuvo que poner de su parte, fue otra historia. Acortó el viaje, buscó el bulto y no tuvo ninguna entrega. Su verdadera cara, la de la mansecumbre. Javier se mostró siempre muy por encima de las condiciones del toro de Miura. Firme, solventando las tarascadas del toro e intentando alargar sus escasos viajes. Labor sorda pero de mucho mérito del leones. Media estocada en buen sitio puso fin a lo realizado, que tuvo como recompensa una ovación que sonó a reconocimiento y admiración.El tercero de Miura fue una prenda. Sin fijeza y sin intención de coger los engaños, Perez Mota realizó una faena a la defensiva sin confiarse nunca. Faltó lidiar sobre las piernas con un ejemplar manso y oficio para resolver las complicaciones de un animal así.El otro momento de interés y emoción del festejo se vivió con el amplio sexto, que fue hasta tres veces al caballo. Siempre a más distancia y empujando y recargando en bravo. Buena la pelea del toro de Miura. Pero hasta ahí aguantó el animal. En la muleta no tuvo a penas recorrido. Tampoco se entendió bien Pérez Mota con él. Quiso más que pudo en un trasteo que ofreció pocos argumentos más allá de la disposición.

FICHA DEL FESTEJO

Madrid, domingo 5 de junio de 2016. 31ª de Feria. Casi lleno.

Cinco toros de Miura, bien presentados, en el tipo de la casa. Conjunto ayuno de casta a excepción del notable primero, noble y enclasado por el pitón izquierdo. Bravo en el caballo el 6º. El resto, de juego deslucido. Un sobrero de Valdefresno (4º bis al correrse turno), feo de hechuras, manso, soso y de escaso juego.

Rafael Rubio 'Rafaelilo', saludos tras aviso y silencio.

Javier Castaño, silencio tras aviso y saludos.

Pérez Mota, silencio y silencio.