Suele ocurrir, como una maldición que atenaza año a año al hierro triunfador del San Isidro anterior. Es descubrir por la mañana el maldito azulejo en el Patio de Arraste, se suceden los discursos y zas, la corrida preparada para la tarde resulta un fiasco. Que se lo pregunten si no a Peñajara o a Victoriano del Río... Juan Pedro Domecq lo ha vivido este año en sus propias carnes.Porque su corrida se llevó por delante las ilusiones de una plaza a rebosar y de la competencia que se presumía entre Talavante y Roca Rey tras su intensa tarde el pasado viernes. Toros flojos, de muy desiguales hechuras. Toros sin alma, que iban y venía mirando a la nada. Un petardo en toda regla. El colorado que abrió el lote de Alejandro Talavante fue una perita en dulce. Demasiado bombón que no transmitió nada. Tras un inicio de faena con un cambiado, el 'juampedro' redujo revoluciones y pese a la insistencia del extremeño, su quehacer fue una sucesión de tandas bien compuestas pero carentes de emoción.El cuarto estuvo cortado por el mismo patrón del anterior toro de Talavante. Como la gaseosa. Fue llegar al tercio de muleta y desfondarse del todo. Esta vez Alejandro redujo el metraje de la faena vistas las prestaciones que presentaba el animal de Juan Pedro.El tercero fue un toro que rompió por abajo la presentación de la primera parte de la corrida. Se protestó, y con razón. Después, el astado tuvo un buen pitón derecho, humillado y con gran temple. Y Roca Rey, que lo vio, aplicó la máxima 'chenelista': "Pronto y en la mano". Dos tandas por ese lado tuvieron mando, ajuste y profundidad en el trazo. Por el izquierdo el toro era otro y bajó el nivel de la faena. Apretó el peruano en la distancia corta y el toro se afligió. Aun así, le quedó resuello para aguantar otra tanda cuando Andrés volvió a coger la zocata. Pero dos pinchazos previos a una estocada caída frenaron las ilusiones del tendido. Hasta tres toros tuvo que ver salir por chiqueros Roca Rey para lidiar a su segundo oponente. Tanto el titular como el primer sobrero, ambos del hierro titular, regresaron por donde habían salido. El quinto tris fue un astado de José Luis Marca basto de hechuras y  bruto en su comportamiento. Un toro para las calles. Dispuesto el peruano, lo liquidó con solvencia cuando comprobó que había poco que rascar.Posada de Maravilla confirmó con 'Danzarín', un toro de Juan Pedro que se movió con mucha sosería y una bondad que en Madrid no es bien acogida. El pacense, verderón y aún por hacerse, tampoco se metió mucho con él. Hubo más acompañamiento que sometimiento. Con la espada no lo vio en ningún momento para más inri.Con la tarde en barrena, el sexto también tuvo que ser llevado por los mansos de Florito por su más que evidente invalidez. El sobrero del Conde de Mayalde sacó brusquedad en sus embestidas y Posada de Maravillas, pese a inténtelo, tuvo que desistir a la hora de armar faena.

FICHA DEL FESTEJO

Madrid, domingo 15 de mayo de 2016. 10 de Feria. Lleno de 'No hay billetes'.

Cuatro toros de Juan Pedro Domecq, muy desiguales de hechuras, flojos, bajos de raza, manejables pero muy sosos. Un sobrero de José Luis Marca (5º tris), un zambombo venido a menos. Otro sobrero del Conde de Mayalde (6º bis), correctamente presentado y de juego brusco.

Alejandro Talavante, silencio y silencio.

Andrés Roca Rey, palmas tras aviso y silencio.

Posada de Maravillas, que confirmaba, silencio tras aviso y silencio.