El toro de Cuadri que todos esperábamos salió en cuarto lugar. Castaño, entipado a más no poder, rematado, badanudo... Un torazo, vamos. Apretó con riñones en el primer puyazo y se le quiso poner de largo en el segundo. No son los toros de Cuadri especialmente explosivos en la distancia, si no de coger al caballo en corto y apretar. Derribó al picador al segundo encuentro. Sin picar se quedó el toro. Fue generoso Luis Miguel Encabo al dejar a Ángel Otero colocar un tercer par de banderillas después de un gran primero y tropezar un segundo que cayó al suelo. El de Cuadri seguía embistiendo. Y así continuó en la faena de muleta. Por abajo, con prontitud, humillación y personalidad. Demasiador trago para Encabo que se vio desbordado por momentos. La inactividad continuada en los últimos años paso factura a un torero honesto que en Madrid siempre ha dado la cara. Pero esta vez, el toro ganó a los puntos.El resto del festejo y de la corrida estuvo presidida por la dureza del encierro de Cuadri. Corrida complicada, que no regaló ninguna embestida de más porque no terminó de romper. La nota final, no llegó al aprobado.Sangró mucho el hondo primero. Dos puyazos caídos por los que se le fue media vida. Tuvieron buen aire las verónicas y la media de saludo de Luis Miguel Encabo. Banderilleó coñás voluntad que reunión. La faena fue un quiero y no puedo, con el 'Cuadri' frenado y sin vida.  Estrechito de sienes y de finos pitones salió el largo segundo. Recargó con lo riñones en el caballo, sobre todo en el primer puyazo. Tuvo movilidad pero cierta informalidad el de Cuadri en los primeros compases de la faena. Centrado y firme Fernando Robleño, que a base paciencia y seguridad fue metiendo al toro en la muleta. Más atemperado el animal, el madrileño corrió la mano con largura en dos series interesantes, una por cada pitón. Con la espada, al igual que el domingo, fue un cañón.El quinto engañó en los primeros tercios. Tuvo movilidad y parecía que serviría para la muleta. Pero cuando el toro tuvo que poner de su parte fue otro cantar. Rebrincado y soltando siempre la vas a la hora del embroque, la faena de Robleño no pasó de voluntariosa y no se entendió que la dilatase en el tiempo.Tuvo exigencia el tercero de Cuadri, que repitió por el pitón derecho en la primera mitad de la faena de un dubitativo Alberto Aguilar, al que faltó firmeza y muleta puesta para encauzar las embestidas del toro. Después, el animal se vino abajo y el madrileño lo liquidó de un feo metisaca en los bajos.No mejoró el lote de Aguilar con el que cerró plaza. Siempre a la defensiva, sin romper hacia adelante. Lo brindó inocentemente Aguilar, al que de nuevo se le vio algo desubicado y sin recursos lidiadores.

FICHA DEL FESTEJO

Madrid, martes 2 de junio de 2015. 26ª de Feria. Menos de tres cuartos de plaza.

Toros de Cuadri, bien presentados, en tipo, con volumen y cuajo. Encastado y exigente el 4º, ovacionado en el arrastre. Con movilidad informal el 5º. El resto, a menos en el último tercio.

Luis Miguel Encabo, silencio y pitos tras aviso.

Fernando Robleño, saludos tras aviso y silencio.

Alberto Aguilar, silencio y silencio.