Las dos religiosas, Isabel y Valle habían hablado el día antes a la muerte de la primera, "tuve una gran tristeza y un gran dolor porque había hablado con ella la tarde antes, pero me dije Isa has hecho lo que querías, has visto la vida" le cuenta a Cristina López Sclichting, la misionera Valle Adame. La misionera de la Sociedad del Sagrado Corazón compartía con Isabel Solá su pasión por los más pobres, por la gente de Haití, "es un lugar quizá feo, pero la calidad humana, el amor que tienen por la gente que viene ayudar engancha mucho y hace que con cualquier labor que hagas aquí te sientas muy reconfortada".¿Tiene miedo desde lo que le ha pasado a Isabel? "No", dice la hermana Valle, "la gente te protege, te cuida, te puedes encontrar con alguien desalmado que te haga lo que le han hecho a Isa, pero eso te puede ocurrir en cualquier parte del mundo"."Isabel era una gran alegría, una vida por los pobres"