Carlos Herrera cuenta en EXCLUSIVA en su editorial de las 8 los entresijos de la filtración de las escuchas a Jorge Fernández Díaz.

En España, estamos en campaña electoral. Y ¿a qué nos suena que dos días antes de unas elecciones se agite el mercado electoral a cuenta de una filtración? ¿a cuenta de un supuesto escándalo?.

¿Cuál es este escándalo?. El de una grabación realizada en el despacho del ministro del Interior. Una conversación con el director de la Oficina Antifraude de Cataluña, Daniel de Alfonso.

El señor De Alfonso le da cuenta sobre las investigaciones que se están realizando con este y aquel individuo relacionado con el mundo independentista y en la que el ministro le dice que adelante, que siga investigando.

Esa grabación demuestra una vulnerabilidad del despacho del ministro del Interior que es alarmante y nos obliga a preguntarnos el qué, el cuánto y el para qué.
Quién realiza esas grabaciones, queda descartado que fuera el teléfono manipulado del señor De Alfonso porque dicen los técnicos que el sonido es demasiado directo. Por hacerlo muy gráfico, el micrófono en el florero. Colocar un micrófono en un florero del despacho del ministro del Interior no está al alcance de todos sino de la gente que está a su alrededor.

Los despachos de los altos cargos los desratizan para entendernos, miembros del CNI pero también los controla la gente propia de cada ministerio. ¿Qué pudo ocurrir para que esas conversaciones, en donde lo importante no es el contenido, por mucho que a mucho les “histerice” y hagan un ejercicio de rasgarse las vestiduras…? El contenido efectivamente nos da a entender que había personas en ERC y Convergencia que eran dignos de ser estudiados. ¿Por qué?.

Esto se crea en un momento dado en la Policía Nacional bajo el mando de un director operativo, Eugenio Pino. Organiza una serie de infraestructuras para investigar algunos asuntos que después derivan a la UDEF y que entre otras cosas, sirven para desenmascarar los tejemanejes de la familia Pujol aunque también para dar por cerradas líneas de investigación.

Pino le encarga al comisario Marcelino Martín Blas la infraestructura para continuar estas investigaciones que había realizado otro comisario: Pepe Villarejo, comúnmente  muy mentado en muchas informaciones que tienen que ver con investigaciones de la Policía.

Marcelino Martín Blas lleva asuntos internos que dependen directamente del director adjunto operativo. No pasa por ninguna infraestructura de la Policía Nacional. En un momento determinado conociendo las investigaciones que estaba haciendo la Oficina Antifraude le convencen al ministro para que reciba al Director de la Oficina. El ministro le recibe. Se produce la conversación que se ha filtrado. Y esa conversación alguien decide grabarla por si acaso. Se la guarda y pasan dos años. Ahora cuando se retira Eugenio Pino, hay algunos que pugnan por ese puesto.

Alguien tiene ese material y con ese material intenta decir “o yo o el material vuela”. O lo sugiere. No voy a poner nombre a esa persona pero efectivamente: guerra de comisarios. Y un día lo cuenta y se lo hace a una periodista del diario Público, a Patricia López. La cual tarda poco en contárselo a Monedero en una reunión que es detectada del partido Podemos. El cual le dice a ese comisario: “si nos das ese material, nosotros lo sabemos manejar y tú serás el dado”.

Y lo publican. Y Patricia López lo publica. También se lo cuenta al CNI. Podemos que tiene el plan de que el CNI controle los servicios de información de la Guardia Civil y de la Policía. Controle y selle. Al estilo venezolano. Y se monta el pollo. Pero es que en esa conversación puede haber algo más mediático que debidamente editado pueda servir para que el viernes se convoque una manifestación en la calle Génova. ¿Qué se juegan ustedes a que hay una rueda de prensa de Podemos donde llevándose las manos a la cabeza aprovechan este escándalo para llenar la calle Génova?. De nuevo otra vez, manifestaciones ante la sede del PP un día antes de las elecciones y así se cierra el tema. ESCÚCHALO AQUÍ

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"Estamos ante una guerra de comisarios"