Desde su primer año de celebración, muchos forofos de este deporte extremo decidieron vender sus coches para adquirir un Panda o Marbella, único requisito imprescindible para poder suscribirse a esta competición que se define como una experiencia única en la vida. Siete días de rally, brújula, calor, tienda de campaña y paisajes que quitarían el aliento a cualquiera.
El éxito de esta aventura es tal que en esta última edición se cerraron las listas de inscripción con 200 equipos compuestos de todo tipo de aficionados: estudiantes, niños, mujeres, profesionales del mundo automovilístico, jubilados… Panda Raid es apto para todos los públicos.
Una de las características que hacen único este rally amateur es la prohibición de cualquier tipo de aparato electrónico con GPS: al más puro old school, los participantes cuentan con tan solo un pack de brújula y roadbook facilitado por la organización como único instrumento de orientación. Así, el cumplimiento de todos los controles de paso de cada etapa es tan importante como la velocidad media.
Esta octava edición tuvo lugar principalmente en los terrenos del sur de Marruecos. Las siete etapas, desarrolladas tanto en pistas como en desierto, han supuesto un auténtico reto para las capacidades físicas y mentales de todos los participantes.
La recompensa de este campeonato va mucho más allá que completar las metas de cada etapa, la oportunidad de disfrutar de los diversos paisajes exóticos del país vecino es el principal gol de los asistentes: los bosques de Mamora, el macizo del Atlas, las infinitas dunas de Erg Chebbi, los oasis del valle del Draa y la impresionante ciudad de Ouarzazate, “la puerta del desierto”; allí se rodó la primera película de la saga Star Wars, en 1977.