Una pareja de agentes de la Policía Nacional, pertenecientes a la Comisaría de Móstoles, han ayudado la pasada madrugada a una mujer a dar a luz en su propio domicilio, situado en el municipio de Móstoles, a una niña de tan solo seis meses de gestación y con el cordón umbilical enrollado al cuello.

Los policías estaban patrullando cuando escucharon fuertes gritos procedentes de un edificio y, al aproximarse, fueron requeridos por el padre del bebé, quien les manifestó muy nervioso que creía que su pareja, embarazada de sólo seis meses, estaba de parto, ha explicado la Jefatura Superior de Policía de Madrid en una nota.

Los agentes accedieron al interior de la vivienda donde la mujer había roto aguas y estaba con fuertes contracciones, por lo que decidieron tumbarla y asistir el parto en la misma vivienda, ya que la cabeza de la niña ya estaba asomando y, además, tenía el cordón umbilical enrollado en el cuello.

“Los gritos de la mujer se oían desde la calle”

Al comprobar que la recién nacida no respiraba, debido al cordón umbilical enrollado, los policías, tras limpiarle la boca y la nariz de restos biológicos y después de haberle retirado el cordón, comenzaron las maniobras de reanimación consiguiendo que abriese los ojos y que finalmente comenzase a respirar.

Finalmente los agentes arroparon a la niña para conservar la temperatura corporal hasta la llegada de los sanitarios del SUMMA, que confirmaron que tanto la madre como el bebé se encontraban fuera de peligro y trasladaron a ambas al Hospital Doce de Octubre donde permanecen ingresadas.

Los padres han decidido ponerle a la pequeña el nombre de la agente de Policía Nacional que intervino en el parto, Sonia, como muestra de su agradecimiento por la atención recibida tanto a la madre como al bebé.

Sonia García y José Fernández son los agentes de Policía Nacional que han ayudado a dar a luz a la madre. Ambos han reconocido en 'La Tarde' que están “muy contentos y felices de que todo haya salido bien”.

Sonia asegura que “a la niña la han llamado Sonia, como yo, y eso es un orgullo para mi”.

“Los gritos de la mujer se oían desde la calle” ha reconocido José Fernández, que fue el primero que se acercó hasta el domicilio.

“Fueron momentos de tensión y muchísimos nervios, porque vimos al principio que la niña no respiraba, pero al final todo salió bien y estamos orgullosos”, ha concluido Sonia García en 'La Tarde'.