"Cuando nos dimos cuenta, estábamos con sesenta brazos encima pegándonos"María José, novia del teniente de la Guardia Civil agredido en Alsasua (Navarra), junto con otro compañero, relata en COPE cómo fue la agresión en un bar de la localidad.María José, pareja de uno de los guardias civiles fuera de servicio atacados en un bar de Alsasua, ha relatado en La Linterna de Fin de Semana cómo "cuando quisimos darnos cuentas estábamos con sesenta brazos encima pegándonos, dándonos patadas, fue horrible".María José ha contado cuando estaban tomando unas copas en un bar de la localidad navarra, "llegó un chico, con otra chica, que empezó a meterse con nosotros, me empujó, se puso a hablar con uno de ellos (de los guardias, que estaban fuera de servicio) y dijeron que nos dejasen en paz, que tenemos el mismo derecho que los demás".Entonces, "nos empezaron a empujar, a rodear y se formó no una pelea, porque eran ellos contra nosotros. Al principio era uno pero por alrededor estaban los demás. Poco a poco se fueron acercando, nos fueron rodeando cuando quisimos darnos cuentas estábamos con sesenta brazos encima pegándonos, dándonos patadas, fue horrible"."Los cuatro recibimos fuertes golpes por parte de 30, 40 ó 50 personas", rememora María José. "Mi novio tiene el tobillo fracturadao y el labio partido". María José ha explicado que llegaron "alrededor de las 2.30 ó 3.00, estábamos bebiendo unas copas, hacíamos lo mismo que el resto", pero "nos tiraron un vaso de chupito", algo que dejaron para. Una vez se destaron los golpes, María José ha dicho que "estábamos pendientes de no recibir más de lo que debíamos, nos tiraban cosas", y "al salir del bar había más gente". Ya una vez fuera, "cuando tiraron a Óscar (el teniente al que rompieron el tobillo y pareja de María José) estaba sangrando y hubo gente que le seguía pegando patadas". El teniente lleva un año destinado en Alsasua y el sargento lleva dos semanas, ha apuntado María José, quien ha contado que antes de la noche del viernes "a mi sí que me han hecho preguntas indiscretas con malas caras", y cuando "hemos salido nos miraban con malas miradas, pero nunca habíamos llegado hasta este punto".Paradójicamente, Óscar, el teniente agredido, fue uno de los guardias civiles que participó en el rescate de un autobús que se había quedado aislado por la nieve el pasado invierno en Beruete, que resultó ser un autobús de expresos de ETA. "A pesar de estar jugándose su vida le recibieron con el cántico Alde hemendik ('Que se vayan'), ha contado María José. "Estábamos con sesenta brazos pegándonos"