Esta semana he visto fragatas de guerra que pueden servir de inspiración bélica a esta sección. Pero empecemos como siempre por la parte pacífica de la tarea.EL BUENO: Fátima BáñezLa ministra de Trabajo, y muñidora del acuerdo con el PSOE que ha permitido la mayor subida del salario mínimo interprofesional en 30 años, un incremento del 8% que supone 52,4 euros más al mes. Cerca de cinco millones y medio de trabajadores se beneficiarán de este respiro para sus exhaustos bolsillos a partir del próximo 1 de enero. A muchos les parecerá una cantidad ridícula, pero dentro de las estrecheces a que nos obliga Bruselas, el esfuerzo presupuestario prueba una cierta sensibilidad en el Gobierno que desmiente su caricatura de crueldad neoliberal, y vendrá muy bien a los que cuentan cada euro para llegar a fin de mes.Es la primera victoria del consenso en esta legislatura de Gobierno en minoría. La ministra Báñez ya acreditó una capacidad de diálogo notable durante la legislatura pasada, cuando se encontró el mercado de trabajo hecho unos zorros y logró revertir la tendencia a base de reforma laboral primero y de diálogo social después, pues ya nadie recuerda el acuerdo de final de mandato con los sindicatos que permitió prorrogar el subsidio para los parados de larga duración, por ejemplo. También fue Báñez pieza clave en la negociación del programa de investidura con Ciudadanos, y ha vuelto a serlo ahora en la negociación con el PSOE, al que regala la bandera de la subida salarial a cambio de la aprobación del techo de gasto. Así se hace la política útil: con la discreción y el afán que caracterizan a esta ministra que se ha propuesto crear un millón y medio de puestos trabajo en tres años.EL FEO: Juan Carlos ISu presencia en Cuba como enviado diplomático a los funerales de Castro no deja de representar una concesión poco decorosa para la imagen de España. No es bonita la imagen del hombre que protagonizó la Transición a la democracia de los españoles en los fastos fúnebres de un dictador que lo dejó todo atado para que la dictadura le sobreviva, y no como aquí.Yo he defendido que el Rey emérito era la menos mala de las elecciones, pues mandar al actual jefe del Estado o al ministro del ramo habría sobrepasado con mucho la mínima exigencia diplomática para entrar directamente en el terreno pantanoso del homenaje. A los de Podemos les ha parecido poco –si fuera por Pablo Iglesias habríamos decretado luto de un año y así tendría excusa para seguir haciendo pellas en las Cortes-, y a los de Ciudadanos les ha parecido demasiado. Quizá don Juan Carlos haya rendido con su viaje el servicio leal del justo medio, pero no por ello dejamos de percibir en su misión algo de feo tributo a un régimen abyecto.EL MALO: Cristóbal MontoroNo es Pablo Iglesias, sino un supervillano mucho más temible: don Cristóbal Montoro, el vampiro de Jaén a cuyo lado Drácula era un boy scout vegano. Montoro lo ha vuelto a hacer: ha vuelto a inaugurar una legislatura subiéndonos los impuestos. Es verdad que no toca el IRPF, que se ceba con las grandes empresas y que opta por los impuestos indirectos, pero es imposible que su decisión no termine afectando hasta al último bolsillo de España. Si no fumas, don Cristóbal te pillará cuando pidas una cocacola. Si no eres directivo de una multinacional, don Cristóbal te expoliará la faltriquera igualmente cuando te pidas un whisky para celebrar la victoria de tu equipo. Mientras el amo del calabozo fiscal sea Montoro, y mientras no haya un solo político liberal con poder, en España no habrá paz para los contribuyentes.Según dice Montoro, el 2017 será un año “muy exigente” para todos los niveles de la Administración, pues el gasto bajará en 5.000 millones, lo que debería obligar a los políticos a cortarse un poco con los cargos a dedo, con las dietas y con todas las formas de mamandurria pública que la inteligencia mediterránea ha sido capaz de acumular con el paso de los siglos. Montoro asegura que ve factible reducir el déficit del 4,6% pactado para este año hasta el 3,1% del que viene, una reducción brutal que hará sonreír a Juncker pero que va a costar a los españoles una abstemia forzosa y unos pulmones tan limpios como sus bolsillos.BALAS EN LA RECÁMARAUna por el presidente de Murcia, a quien la juez investiga por cuatro delitos y cuya dimisión pedirá Ciudadanos en cuanto sea formalmente imputado. Ese momento pondrá a prueba la salud de las relaciones entre populares y naranjas, que no pasan por su mejor momento desde que el PSOE de la Gestora se entiende directamente con Rajoy.La otra detonación la hacemos precisamente para llamar la atención sobre la riña interna que estos días se filtra desde la formación de Rivera, cuyo liderazgo blindado con listas cerradas es criticado por una militancia más bien uniformada. A ver si al final va a resultar que la nueva política es exactamente igual que la vieja.Escucha El Bueno, el Feo y el Malo