Han sido semanas frenéticas para Miguel Ángel Perera. Los meses de verano para un torero son un no parar de viajes, paseíllos, triunfos, tardes con menos suerte... días que se solapan unos con otros sin solución de continuidad a bordo de una furgoneta de cuadrillas. Sin embargo, Perera ha vivido el lado dulce y ha engarzado triunfos casi a golpe cantado en estas fechas. Cuestión de momentos y de ánimos.Tras su última actuación en La Glorieta de Salamanca, Perera atendía a El Albero de COPE para repasar lo que ha sido un verano de éxito. Un verano que comenzaba tras su amargo paso por la Feria de San Isidro en Las Ventas. "Una vez que pasa Madrid, donde no sucedieron las cosas que uno deseaba, afronté el mes de junio saliendo a por todas. Hubo triunfos en Badajoz, Asprona de Albacete o Burgos. En julio hubo tardes importantes como las de Pamplona o Santander. Y también en agosto creo que marcando el ritmo y mostrando una frescura tarde a tarde".Si hubo un punto de inflexión en este tramo de temporada, ese fue la tarde de su actuación en la Feria del Toro de Pamplona. Su segundo faena a un toro de Cuvillo marcó la pauta de lo que ha sido desde entonces su temporada. "Fue una tarde que dio mucha moral por muchas cosas", explicaba Perera, "en esas fechas todo el toreo estaba conmocionado por la muerte de Víctor Barrio. Vestirse de luces esos días fue muy duro. En Pamplona me dio una voltereta este toro y me levanté con el amor propio herido y con toda la rabia que se siente por dentro en un momento así. La última tanda fue la mejor de la faena. Pero no lo rematé con la espada y pudo haber sido un triunfo más cantado. Rotundo no porque la rotundidad estuvo con la muleta y lo que no hubo refrendo fue con la espada. A nivel personal, ésta tarde de Pamplona levantó mucho la moral y fue un balón de oxígeno".Esos primeros días del mes de julio vinieron marcados, tal y como confesaba el torero de Puebla de Prior, por esa muerte en Teruel de Víctor Barrio. Un hecho que ha marcado a Perera. El diestro pacense reconocía en El Albero que "por reparo no lo he hablado con ningún compañero, pero quiero pensar que lo mismo que podía pensar yo le podía pasar a los demás . A nivel personal ha sido muy duro. Por mucho que se diga no estamos preparados para soportar una tragedia como esta. Esos primeros días, volver vestirte de torero, salir del hotel fue muy duro... con la temporada casi terminada, sinceramente, creo que seguimos estando infravalorados los toreros. Se ha arriesgado mucho después de lo que ha pasado y hay que valorarlo".Durante estos meses de verano ha habido tres cimas en la temporada de Perera. Los indultos en Cuenca y Palencia y un gran triunfo en Salamanca con un toro de vuelta al ruedo. Si en Cuenca fue con un toro de José Vázquez, en Palencia y Salamanca el nombre ganadero que se repetía era Montalvo. "Afortunadamente he tenido la suerte de venir triunfando con Montalvo en los últimos años. En Palencia echó una gran corrida, una de las tardes más completas de mi año. Y después Salamanca, donde a nivel personal era un día muy especial. Un año después del trance que pasé, volví a Salamanca y un toro de Montalvo me permitió vivir la cara positiva de la profesión".Una  temporada de retos y de buscar siempre una motivación para esa lucha diaria. Perera explicó en COPE que esa motivación, "la podía buscar muchos motivos. Pero parte de la profesionalidad, parte de la ambición personal, del compromiso con tu profesión, de mantener una dignidad dentro y fuera de la plaza... a partir de ahí voy buscando mis objetivos más personales, como intentar ser mejor torero. También motiva la parte de defender el sitio que has conquistado a lo largo de los años".Doce años de alternativa y siempre con la perfección como meta. "Intento buscar la despaciosidad e intentar ralentizar las embestidas de los toros. He intentado, sin perder la estética, profundizar en el torero, bajando la mano, con la embestida enganchada. Intentando que el trazo de mi muletazo sea largo y profundo. Y como ya sabéis, en otro tipo de distancias en las que me muevo a gusto, seguir innovando y evolucionando. Partiendo del concepto que siempre he tenido, no conformarme con lo que he hecho hasta ahora. Y si no hay esa ilusión que tengo ahora mismo, artísticamente estás muerto", finalizó Perera en El Albero.